Un cordero de mi estilo
Sueño con invitarte a comer un choripán
y tus ojos contentos chimichurri pedirán
(“Mujer picante”, Sergio “El Lobizón” del Oeste)
Muchas veces me quedo pensando en comida mucho tiempo de mi vida. Soy bastante ignorante respecto del arte culinario pero siento que hacer que mi paladar disfrute de cada bocanada que ingresa por mi boca convierte ese acto en un elixir dentro de mi vida.
Esta vez la gastronomía hizo que mi mente volara muy muy lejos y se posará sobre el terreno de los sistemas políticos y el resultado fue que pude enarbolar las siguientes deducciones:
Para empezar hablar de comida uno, como buen argentino (¿?), tiene que nombrar al asado. Comida rica si las hay. El asado equivaldría al socialismo, hay uno (el Estado) que se encarga de controlar los pedazos de carne (medios de producción) y asegurarse que cada uno tenga lo necesario para comer y quedar satisfecho (para producir y poder vivir).
La otra comida que sirve como referencia son los tacos. De origen mexicano, consisten en pequeñas cazuelas de diverso contenido con el que cada cual se arma su especie de sándwich a gusto. Esto representa al comunismo. El Estado ha desaparecido y los medios de producción están puestos para que cada uno los tome y establezca su producción. Cada uno deberá ingeniárselas para que el resultado no sean solo unas fajitas con verdura adentro.
Y por último el capitalismo, sistema que hoy por hoy rige en las economías occidentales. Su equivalente sería la pizza a domicilio. El que puede apropiarse de ese medio de producción que le permita la supervivencia lo hace, el que no tiene con qué se jode. A la hora de usarlo podrá llegar a dejar sin utilización ciertos medios de producción con el que muchos podrían generar muchísimas cosas (bordes de pizza serían igual a pedazos de tierras sin uso).
Ahí están, esos tres modelos, Evo, Fidel y Obama verán lo que piden la próxima cena.
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